Del libro, Silencio, un poema.
8
Qué
gesto del aire se abre entonces…
Y
cómo hacer, Silencio,
con qué disposición venir
al corazón de la noche
con qué amor entre las manos
disponerse así a la escucha?
Suelen
ser (a veces) los días,
el paso de los días
crueles instancias del ser…
del
agobio entre los hombres
es el tiempo de la materia
y
entonces
el tiempo de la noche?
el tiempo de tu música, Silencio?
o
todas las huellas del olvido que
entre los intersticios de la luz
en
el paso de las horas
se prenden, y de qué profundo amor
se
prenden así a tus visiones
entre los más sencillos actos del día
y
acaso la palabra se desborda de silencio?
La
palabra esencial
que dé al poema, si acaso,
toda esta imposibilidad abierta.
Y
escribir, escribir y escribir esta errancia
como quien se arroja.
Acaso
sabemos quiénes respirarán
el perfume de la flor, mañana?
Acaso
sabemos algo de las nuevas sombras
que se han de arrojar a los caminos?
Este
silencio es un camino
y aquí brinca la palabra
prendida de su rastro.
con qué disposición venir
al corazón de la noche
con qué amor entre las manos
disponerse así a la escucha?
el paso de los días
crueles instancias del ser…
es el tiempo de la materia
el tiempo de la noche?
el tiempo de tu música, Silencio?
entre los intersticios de la luz
se prenden, y de qué profundo amor
entre los más sencillos actos del día
que dé al poema, si acaso,
toda esta imposibilidad abierta.
como quien se arroja.
el perfume de la flor, mañana?
que se han de arrojar a los caminos?
y aquí brinca la palabra
prendida de su rastro.
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